Es una estrategia clave en la consecución de los objetivos en materia de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, una forma de intervención dirigida a promover cambios de criterios, de procesos y de resultados, que implica la consideración sistemática de las diferencias en las situaciones sociales, económicas y culturales, y del diferente impacto potencial sobre la situación de las mujeres y de los hombres de todas las medidas y acciones.
La complejidad que implica interiorizar estos principios en las organizaciones supone la movilización de gran cantidad de conocimientos y materiales, por lo que los recursos se han clasificado en 7 subapartados: